miércoles, 22 de febrero de 2012

En la opinión de...

Ernesto Vargas aparece retando al tiempo y a los inmortales a su alrededor, en busca del amor. Detrás de la apariencia tierna de sus ojos, el atrevimiento y la autenticidad son sus sinónimos y lo sitúan en su centro siempre sensible.

Gabriela Garza

RP, Studios Universal

sábado, 18 de febrero de 2012

Yo sé que ha sido larga la espera. Para nadie han sido más lentos los tiempos en comparación con los movimientos, que para mi. Ya viene. Se los prometo.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Qué decir de Ernesto Vargas

Aire impune que se ofrenda en el altar de la vida para ser crucificado por la experiencia humana. "Suave que me estás matando", pareciera que canta este poeta atípico, esta "rara avis" de los trópicos por adopción, mientras se expone y exhibe tan pudorosamente en su transgresora danza de palabras.

Nada en él permanece quieto. Maestro de los malabarismos chaqueteros, utiliza el verbo como imprescindible ametralladora para tomar por asalto el teclado y los papeles. Arropado en su irreverencia, en su perverso sentido lúdico, aborda el día a día como un pirata travieso. Para Ernesto, la vida es juego; un juego de Gemelos que siempre empieza con la palabra. En su interior habita un volcán que escupe indiscriminadamente un magma de ideas por demás insólitas e insolentes, un impulso incontenible de lava mental y vital, un hermoso vómito de material ígneo al que da forma y sentido el joyero preciosista que también le habita. Porque Ernesto no es uno, es muchos.

En ocasiones, su verso adquiere un contoneo de vientre masculino, notas y gestos de un eros rítmico y esquivo que evoca su tendencia a lo performático: odalisco que se abisma en el mórbido pozo de una desnudez a dos velocidades. Porque pese a la tendencia innata de mostrarse, hay en él un puritano que lo reprende y reprime. Sus poemas son, por ello, el testimonio de una danza en solitario, un entramado donde los silencios – cómplices natos – resultan imprescindibles para comprender la totalidad de su personal cosmogonía.

De lo que dice, percibimos en su canto el resabio de la ironía, su desgarbada belleza. Arlequín, aparente bufón, contempla sus mundos desde una estilizada ventana mental. Goza, se entrega al desenfreno de un hedonismo medido, para después afligirse. Siempre dual, en ocasiones contradictorio, encuentra en la risa consuelo y salvación. Apasionado cazador, persigue nubes y poemas y cuerpos al azar... Lo suyo es sin duda el eterno movimiento, la acción en pos de algo, de alguien, el desgarro de las blandas formas vaporosas que se cruzan por su cielo, ya sea mental o terrenal, para ser diseccionadas en el frío acero de la reflexión.

Hijo del aire, inasible, le aburre lo cotidiano, los entornos políticos y los correctos. Huye de la estética de las masas y de sus preceptos. Nació para encarnar el verbo, para envolvernos en un manto sutil e inquietante de palabras. Hechicero y mago, Houdini verbal del trópico, Ernesto ha creado su particular universo "a modo" en el más volátil y etéreo territorio de la poesía.

Enamorado de lo absurdo, surreal, personaje invisible en la obra de la Varo, es el aire que circunda sus laberintos, soplo irreverente de palabras, doloroso aliento de un eros transmutado en ordenada caligrafía.

Rodrigo Caso

Artista Plástico

Ciudad de México

Noviembre de 2011

martes, 1 de noviembre de 2011

Nacimiento de una Isla


"El grito de hielo se hace cumbre"
Es parte de la serie "Nacimiento de una Isla" del artista visual argentino Julián Terán, y una de las cuatro ilustraciones que incluiré en mi poemario.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Pensé que era hora de morir...

Y publiqué.
Atendiendo a la máxima de "El Hombre que se Enamoró de la Luna", que reza: " Cuando uno cuenta su historia comienza a morir."
Pero "Tregua" es una muerte de estilo "la Vida comienza a los Cuarenta".

viernes, 26 de agosto de 2011

Bhagavad Gita


Hablando sobre la guerra como metáfora de la vida, me gustaría nombrar al Bhagavad Gita como referente filosófico de “Tregua”.
Dicho relato es la conversación entre Krishna y su primo y amigo Aryuna en el campo de batalla en los instantes previos al inicio de la guerra de Kurukshetra.
Respondiendo a la confusión y el dilema moral de Aryuna, Krishna explica a éste sus deberes como guerrero y príncipe con ejemplos y analogías de filosofías yóguicas y vedánticas.
Este enlace lleva a un sitio que explica breve pero hermosamente el contenido del Bhagavad Gita theviewspaper.net/the-bhagavad-gita-a-song-of-truth/

De la guerra como analogía de la vida

El poemario Tregua nació como una retrospectiva, una necesidad de hurgar escombros y poner a buen resguardo tesoros experienciales de toda una vida.

Este ejercicio me dio la oportunidad de reconocer las victorias y de reconciliarme con circunstancias que en su momento parecieron hostiles tormentos.

Me di cuenta de que aquello que se presenta un día como adversario, a la larga resulta ser el mejor aliado en la conquista del espacio interior.

De esa manera el poemario está dividido en cuatro etapas: Declaración, con un tono cándido y naïve; Batalla, un grito desgarrador; Tregua, una pausa para recobrar el aliento; y Estrategia, mis principios éticos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Por qué “Tregua”?

Mi poemario toma su nombre del poema “Tregua”, un canto al dulce dolor que produce la experiencia erótica.

Es un alto en el camino para recuperarse de la constante exposición al exterior, de las lesiones provocadas por el choque con otras realidades; un momento de reflexión compartida, en donde uno descubre un interior que resplandece sólo en la presencia íntima del otro.

Desde el amor humano hasta el amor propio como motores del devenir, Tregua es una apología de las inevitables consecuencias, gozosas o dolorosas, de existir.

martes, 23 de agosto de 2011

Sesión de Fotos

Éstas son sólo dos fotos de un estudio de alrededor de 20. De todas ellas tengo que escoger una que aparecerá en la publicación junto a mi semblanza.
Fotógrafo: Raúl Terán García

Frontera 1.1


Performance realizado por el artista visual Ángel Lozano Vázquez, basado en el poema "Frontera" de Ernesto Vargas Rueda

viernes, 5 de agosto de 2011

Portada


"Tregua"
Rodrigo Caso
Díptico, mixta sobre tela.

El nombre original de esta obra era "La Piel de Marte", pero el día en que entré al taller de Rodrigo en otoño de 2006, la vi e inmediatamente me remitió a un poema que había escrito recientemente: Tregua. Entonces juntos rebautizamos el cuadro y yo me lo traje a Cancún.